Mucho se habla de las nuevas tecnologías y de los múltiples beneficios que han revertido en la sociedad; sin embargo, también ellas tienen un lado claro y otro oscuro, y a su vez han contribuido a degradar el ejercicio de muchas profesiones como el Diseño y Desarrollo Web.
Los diseñadores no sólo crean cosas visuales; sino que son mucho más que eso, son mentes creativas capaces de representar ideas, y con la obligación de saber adaptarlas minuciosamente a las necesidades del cliente. Éste no es un oficio que se aprenda de hoy para mañana manejando determinados programas; sino que se requieren muchos años de aprendizaje y sacrificio, y mucha voluntad de aprender cosas nuevas constantemente y de explorar las nuevas tendencias para seguir vivo dentro de la profesión.
Lo mismo ocurre con el Desarrollo Web, millones de freelance que no tienen la preparación ni la cualificación adecuada, ofrecen sus servicios a precios con los que es imposible competir ofreciendo un mínimo de calidad, y más en un contexto económico donde la crisis no ha dejado indiferente a nadie.
Hay ciertos estándares que te pueden ayudar a confirmar cuando un diseñador/desarrollador web goza de una total y absoluta profesionalidad:
- Contratar a autónomos o empresas que trabajen de forma legal y emitan un presupuesto con su CIF de empresa o su NIF de autónomo, siempre será una garantía.
- Pregunta por las tecnologías que van a utilizar para la creación de la web. Si va a ser Responsive Web Design, se va a utilizar WordPress o algún otro CMS, si va a ser un desarrollo a medida o mediante plantillas, si van a realizar SEO on page o se van a utilizar herramientas para optimizar la velocidad del sitio web… No todo es diseño, ten en cuenta que multitud de factores como estos van a incidir sobre el posicionamiento y sobre el resultado final de tu proyecto a largo plazo.
- Pide tu factura. Si contratas un proyecto web, es recomendable acudir a una empresa o freelance que trabajen legalmente y te puedan hacer una factura, esa factura es la garantía de un trabajo bien hecho.
- Pregunta si el diseño es a medida o utilizando una plantilla, así evitarás sorpresas relacionadas con la exclusividad de tu web.
- También sería recomendable que los desarrolladores web te faciliten la participación en el desarrollo del proyecto. ¿Cómo? Asegúrate que utilicen las herramientas online adecuadas para que puedas interactuar en el proyecto desde cualquier dispositivo.
- Visitar el portfolio. Comprueba los proyectos que han llevado a cabo, así podrás hacerte una idea del resultado final de tu proyecto.
- Comprueba su titulación. Pregunta qué experiencia y conocimientos tiene el equipo. Muchos intrusos dominan plantillas de diseño web, pero no sabrán adaptar tu imagen de marca a la plantilla, por lo que el resultado final puede llegar a ser un verdadero desastre. Además, si tu servidor tiene algún problema o alguna cosa no funciona (lo cual es más común de lo que pensamos), no te van a saber dar ninguna solución.
- La especialización es primordial. Una empresa o autónomo no especializados en diseño web profesional nunca estará al tanto de las últimas tecnologías y no contará con un equipo multidisciplinar capaz de ofrecerte un trabajo profesional. Es incluso probable que subcontrate el trabajo a un tercero.
Para tener ciertos conceptos básicos muy claros:
- El desarrollo de un proyecto web necesita, como mínimo, de un equipo multidisciplinar compuesto por: un diseñador web, un programador front-end, un programador back-end y, cada vez más, de profesionales del Marketing Online.
- Internet es un sector donde es muy fácil “vender la moto” debido a su rápida evolución y a nuestra “inocencia” en ciertas materias. Los hay incluso que pueden crear una buena coartada en la web, con opiniones sobre proyectos fake o referencias profesionales que no se pueden comprobar de ninguna manera. Hoy, en la era digital, cualquiera querrá darnos gato por liebre en cualquier momento, por eso es importante buscar buenas referencias y dejarse aconsejar por profesionales de verdad. Todo lo demás es un riesgo gratuito.
- En definitiva, si te presupuestan una web a medida que esté por debajo de los mil euros deberías desconfiar. Cualquier cliente que pague una cantidad inferior sólo podrá optar a una web cuyos resultados dejarán mucho que desear, poco profesional. Lo peor en estos casos es que puedes darte cuenta demasiado tarde y tener que volver a contratar una web con profesionales de verdad. Y es que lo barato sale caro.